Atlas Medio: Esta cordillera forma parte de todo el
macizo del Atlas y se caracteriza por albergar en su interior extensos bosques
de cedros, árboles de gran porte, reliquia de épocas frías y donde brinca,
salvaje, el mono de berbería. La cordillera presenta además curiosas montañas
volcánicas y cráteres que guardan lagos en su interior. Realizaremos recorridos
a pie por estos bosques y montañas, y, a su vez, tendremos tiempo para conocer
las ciudades Meknes, Fez, Tetuán y la villa atlántica de Asilah.
CEUTA
LARACHE
SIDI-KACEM
ASILAH
Asilah
tiene la facultad de
combinar varias propiedades en una sola ciudad: su medina es
una de las más cuidadas y luminosas del
país, lo que sumado a la anchura de sus calles la convierten en una opción
ideal para todo el que quiera darse un agradable paseo, alejándose del continuo
fluir de personas que se produce en la mayoría de las otras medinas.
Por otro lado, la muralla que
la escuda y que da al mar, escoltada por numerosos bastiones y que sirve de presentación de la Playa de los Cañones, resulta un lugar ideal para
pasear o, como hacen muchos de sus ciudadanos, simplemente mirar al mar
mientras que se mantiene una conversación.
No podemos olvidar su carácter bohemio,
que ha terminado por convertirla en lugar de inspiración y evasión de numerosos
artistas. Esto queda patente desde la primera toma de contacto en la diversidad
de pinturas murales que decoran la medina y en el número de galerías de arte
existentes.
Por todo ello Asilah es el cobijo ideal de todo aquel que quiera
desconectar y escaparse al país vecino pero que a la misma vez quiera algo distinto: un lugar en la que a la magia del estilo
de vida marroquí se le une una gran carga artística y
una envidiable situación geográfica y climática.
MEKNES
Meknes es la ciudad
imperial menos conocida de Marruecos. Comparte el título de “ciudad imperial” junto con Marrakech, Fez y Rabat pero es la que, sin
duda, recibe menos turistas al año. Gracias al poco turismo, en Meknes se respira un
ambiente mucho más amable y distendido que en el resto de ciudades de Marruecos
Asilah
tiene la facultad de
combinar varias propiedades en una sola ciudad: su medina es
una de las más cuidadas y luminosas del
país, lo que sumado a la anchura de sus calles la convierten en una opción
ideal para todo el que quiera darse un agradable paseo, alejándose del continuo
fluir de personas que se produce en la mayoría de las otras medinas.
Por otro lado, la muralla que
la escuda y que da al mar, escoltada por numerosos bastiones y que sirve de presentación de la Playa de los Cañones, resulta un lugar ideal para
pasear o, como hacen muchos de sus ciudadanos, simplemente mirar al mar
mientras que se mantiene una conversación.
No podemos olvidar su carácter bohemio,
que ha terminado por convertirla en lugar de inspiración y evasión de numerosos
artistas. Esto queda patente desde la primera toma de contacto en la diversidad
de pinturas murales que decoran la medina y en el número de galerías de arte
existentes.
Por todo ello Asilah es el cobijo ideal de todo aquel que quiera
desconectar y escaparse al país vecino pero que a la misma vez quiera algo distinto: un lugar en la que a la magia del estilo
de vida marroquí se le une una gran carga artística y
una envidiable situación geográfica y climática.
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